mércores, 3 de xuño de 2015

EL LORO

Las psitácidas (Psittacidae) son una familia de aves psitaciformes llamadas comúnmente loros o papagayos, que incluye a los guacamayos, las cotorras y formas afines de América y África. Se clasifica dentro de la superfamilia Psittacoidea junto a las otras dos familias de loros: Psittrichasiidae y Psittaculidae.

Características

Tienen un pico con una forma curvada característica, la mandíbula superior con una movilidad leve que se empalma con el cráneo, y una postura generalmente erguida. Viven por regla general en zonas cálidas y arboladas, son buenas voladoras y diestras escaladoras de ramas y árboles gracias a sus garras prensiles zigodáctilas. Además poseen una gran capacidad craneal, siendo uno de los grupos de aves más inteligentes.

Inteligencia

Muchas especies pueden imitar la voz humana y otros sonidos, y además no poseen cuerdas vocales. La investigadora Irene Pepperberg ha publicado trabajos sobre la capacidad de aprendizaje de un loro gris africano llamado Alex, que fue entrenado para utilizar palabras con el objetivo de identificar objetos, describiéndolos, contándolos, e incluso contestando preguntas complejas, por ejemplo “¿cuántos cuadrados rojos hay?” (con una exactitud del 80 %).

Distribución

Los psitácidos están distribuidos principalmente por América. Actualmente únicamente en la región neotropical, aunque la extinta cotorra de Carolina vivía en Estados Unidos, donde ocupan muchos y distintos hábitats arbolados, desde las húmedas selvas tropicales hasta las sabanas. Sin embargo, los diez miembros de la subfamilia Psittacinae son nativos del África subsahariana

Loros domesticados

 s loros son adquiridos comúnmente como animales domésticos, constituyendo una excelente compañía. Se debe tener en cuenta, con todo, que en muchos países se les captura por su gran valor de venta; eso supone que son capturados de manera ilegal, matando en el proceso a los adultos hasta poner en riesgo de extinción a muchos de ellos. Durante su transporte clandestino en condiciones brutales para no ser detectados mueren el 60% y los restantes son vendidos por traficantes en el extranjero, a donde son llevados también de manera clandestina. En México está prohibido el comercio nacional e internacional de las especies nativas (Ley General de Vida Silvestre 2014 Art 60 Bis 2). 
Las plumas de las alas de estas aves se recortan o podan a menudo y algunos dueños permiten que los pájaros paseen.
Los loros requieren unos cuidados mínimos: comida específica, agua, espacio, limpieza y, por supuesto, mucho cariño. Una faceta importante de la domesticación de loros son los graznidos, con los que responden a casi cualquier sonido agudo: ambulancias, ladridos de perros, claxon de coches, llantos de niños, e, incluso, a la televisión.
Los loros tienen la capacidad de imitar, por repetición, los sonidos humanos: son los únicos animales con la capacidad de imitar sonidos del lenguaje humano, aunque lógicamente, su desarrollo cerebral les impide utilizarlo como signos de comunicación; es decir, lo hablan por repetición y entrenamiento, pero no lo comprenden.
No todos los loros son iguales: los hay más tranquilos, menos ruidosos, más cariñosos, etc. Esto le da la oportunidad al dueño para elegir el tipo de loro que más se adapte a sus gustos.
A los loros domésticos hay que proporcionarles una alimentación adecuada y variada, con semillas, como el girasol o el mijo, diversas frutas, etc. Un veterinario especializado en mascotas exóticas indicará la mejor dieta para el tipo de loro que se posea, para garantizar una correcta alimentación que le proporcionará un estado de salud óptimo.
Para su entrenamiento, los dueños de loros domésticos suelen:
  • Comprarles juguetes, como aros, columpios, etc.
  • Jugar con ellos: enseñarles a cantar o hablar, rascarles la cabeza (siempre que se lo permitan), etc.
  • Dejarles salir de la jaula, siempre que se hayan acostumbrado a sus dueños y a su entorno.
Algunos loros han alcanzado gran celebridad, como Grand Parole, del que se dice que dominaba el vocabulario básico de seis idiomas y era capaz de reconocer a más de cien personas, pronunciando correctamente su nombre, lugar de nacimiento, estado civil, profesión y comida favorita. Grand Parole recorrió toda Europa y América a finales del siglo XIX y comienzos del XX. Lamentablemente, la noche del 12 de julio de 1907 fue secuestrado en el tren que cubría el trayecto de Praga a Budapest. Las circunstancias del secuestro nunca fueron completamente esclarecidas, aunque algunos historiadores sostienen la participación de los servicios secretos del entonces Imperio austrohúngaro. Recientemente han circulado por la web algunas grabaciones atribuidas a Grand Parole que, aparentemente, fueron realizadas en Londres unos dos meses antes de su desaparición.
Se cree que los loros, en general, pueden vivir de 50 a 60 años, aunque comúnmente en cautiverio viven menos.

En la actualidad, la venta de especies capturadas en la naturaleza está prohibida por la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas. Sin embargo, el atractivo de los loros sigue impulsando el comercio ilegal de esta especie.
Algunas especies están muy amenazadas. En otros casos, los loros domesticados se han reproducido en la naturaleza y establecido con éxito poblaciones salvajes en otros ecosistemas. Por ejemplo, la cotorra monje vive ahora en varios estados de Estados Unidos.

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