Ya hacen varias semanas desde TODOSOBREANIMALES que no os traemos un personaje de mitología.En este episodio os traemos a Perséfone y os explicamos en primicia `El mito sobre su rapto´.
En la mitología griega,
Perséfone (en griego antiguo, Περσεφόνη
Persephónē: ‘la que lleva la muerte’) es hija de Zeus y de Deméter (ἡ Μητὴρ
hē Mētḕr: ‘la madre’). La joven doncella, llamada hasta entonces
Kore (Κόρη: ‘hija’), es raptada por Hades y se convierte en la reina del Inframundo.
Perséfone es su nombre en la literatura épica de la Grecia jónica. En otros dialectos era conocida por otros nombres, como
Persephassa o
Persephatta. Homero la llama
Persephoneia (Περσεφόνεια). Los romanos tuvieron noticia de ella por primera vez a través de las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia, donde usaban la variante dialéctica
Proserpina.
De ahí que en la mitología romana fuese llamada
Proserpina, y como tal llegase a convertirse en un personaje emblemático del Renacimiento.
Visión general
La figura de Perséfone es actualmente muy conocida. Su historia tiene
un gran poder emocional: una doncella inocente, el dolor de una madre
por el rapto y el regreso de su hija. También es citada con frecuencia
como un paradigma de los mitos que explican procesos naturales, con el
descenso y el regreso de la diosa provocando el cambio de estación.
Pero los griegos también conocían otra faceta de Perséfone. Ella era
además la terrible Reina de los muertos, cuyo nombre no era seguro
pronunciar en voz alta y a la que se referían como «La Doncella». En la
Odisea, cuando Odiseo
viaja al Inframundo, alude a ella como «Reina de Hierro». Su mito
central, aún con toda su familiaridad emotiva, era también el contexto
tácito de los extraños ritos iniciáticos secretos de regeneración de los
misterios eleusinos,
que prometían la inmortalidad a sobrecogidos participantes: una
inmortalidad en el mundo subterráneo de Perséfone, en un banquete con
los héroes bajo su pavorosa mirada
El mito del rapto
En el panteón olímpico se le da un padre a Perséfone: según la
Teogonía de Hesíodo era hija de Zeus y Deméter:
Sin embargo, Deméter no tenía una posición estable en el Olimpo.
Solía vivir muy lejos de los demás dioses, siendo una diosa de la
naturaleza anterior a plantar semillas y cultivar plantas. En la
tradición olímpica fue cortejada por los dioses Hermes, Ares, Apolo y Hefesto,
pero ella rechazó todos sus regalos y alejó a su hija de la compañía de
los dioses. Así, llevaba una vida pacífica hasta que su hija Perséfone
se convirtió en la reina del inframundo, lo que, según los mitógrafos olímpicos, no sucedió hasta que Hades la raptó y la llevó allí con él. Perséfone estaba cogiendo flores inocentemente con algunas ninfas (y Atenea y Artemisa, según el himno homérico, o Leucipe, o algunas Oceánides) en un campo en Enna cuando Hades apareció, emergiendo de una grieta del suelo. Las ninfas fueron castigadas siendo transformadas en las Sirenas por no haber intervenido. La vida quedó paralizada mientras la desolada Deméter buscaba por todas partes a su hija perdida. Hécate había oído sus gritos y sugirió a Démeter hablar con Helios, el sol, que todo lo ve, para que le contase lo que había pasado.
Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver a Perséfone, enviando a Hermes
para rescatarla. La única condición que se puso para liberar a
Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la
engañó para que comiese seis ,o cuatro según las fuentes, semillas de granada, que la obligaban a volver cada año un mes por cada semilla. En algunas versiones, Ascálafo
contaba a los demás dioses que Perséfone se había comido
voluntariamente las semillas de granada. Cuando Deméter y su hija
estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante seis
meses al año, cuando Perséfone volvía a los infiernos, la tierra se
convertía de nuevo en un erial estéril. Fue durante su viaje para rescatar a Perséfone del inframundo cuando Deméter reveló los misterios eleusinos. En una versión alternativa, Hécate rescató a Perséfone. En la versión más antigua la temible diosa Perséfone era la propia Reina del Inframundo.
En algunas versiones Deméter prohíbe a la tierra dar frutos, en otras
está tan ocupada buscando a Perséfone que no se ocupa de ella, y en
algunas la profundidad de su desesperación hace que nada crezca.
El número de semillas comido por Perséfone cambia también de unas
versiones a otras, a menudo en relación con la duración del invierno en
la zona de procedencia de la historia.
Este mito puede ser interpretado también como una alegoría
de los rituales matrimoniales de los antiguos griegos, que sentían que
el matrimonio era una especie de rapto de la novia de su familia por
parte del novio, y este mito puede haber explicado los orígenes del
ritual del matrimonio. La más popular explicación etiológica de las estaciones puede haber sido una interpretación posterior.
Perséfone, como reina del Hades, sólo mostró clemencia una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste, permitió que éste se llevase a su esposa, Eurídice,
de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase
tras él y él nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en
la superficie. Orfeo accedió pero falló, al mirar atrás casi al final
para asegurarse de que su esposa le seguía, y perdió a Eurídice para
siempre.
Perséfone también figura en la historia de Adonis, el consorte sirio de Afrodita.
Cuando Adonis nació, Afrodita lo tomó bajo su protección y fue
hechizada por su belleza sobrenatural. Afrodita se lo dio a Perséfone
para que lo cuidara, pero ésta también quedó asombrada por su belleza y
rehusó devolvérselo. La discusión entre las dos diosas fue resuelta por
Zeus o Calíope, quien decidió que Adonis pasase cuatro meses con Afrodita, cuatro con Perséfone y los cuatro restantes del año solo.
También departió con Psique cuando esta bajó al inframundo a buscar un cofrecito que Afrodita la había mandado a buscar.
Cuando Hades persiguió a una ninfa llamada Mente, Perséfone la convirtió en una planta de menta.
Perséfone era el objeto del cariño de Pirítoo. Su amigo Teseo y él prometieron casarse con sendas hijas de Zeus. Teseo escogió a Helena,
la secuestró con la ayuda de Pirítoo y decidió retenerla hasta que
tuviese la edad de casarse. Dejaron a Helena con la madre de Teseo, Etra, y viajaron al inframundo, reino de la elegida de Pirítoo, Perséfone, y del marido de ésta, Hades,
quien fingió ofrecerles hospitalidad y preparó un banquete. Tan pronto
como la pareja se sentó, las serpientes se enroscaron en torno a sus
pies, atrapándolos. Teseo fue finalmente rescatado por Heracles.
El matrimonio formado por Perséfone y Hades fue estéril; no así ella,
que fue seducida por su propio padre en forma de serpiente y tuvo un
hijo: Zagreo, que fue asesinado por los Titanes a instancias de Hera.
Era frecuente referirse a Perséfone y su madre Deméter como aspectos
de la misma diosa, y eran llamadas «las Deméters» o simplemente «las
diosas». La historia del rapto de Perséfone era parte de los ritos de
iniciación en los misterios eleusinos
.
¿Perséfone anterior a Grecia?
Muchos investigadores modernos han argumentado que el culto a
Perséfone fue una continuación de la adoración que ya se le profesaba en
el Neolítico o en la civilización minoica. Entre los clasicistas, esta tesis ha sido defendida por Günter Zuntz y cautamente incluida por Walter Burkert en su definitivo libro
La religión griega.
Con mayor atrevimiento, el mitólogo Károly Kerényi ha identificado a Perséfone con la anónima «señora del laberinto» de Cnosos.
Por otra parte, la hipótesis de un culto universal a la Madre Tierra
ha estado bajo creciente crítica en los últimos años. Para saber más
sobre esta controversia, vea el artículo Diosa Madre.
Vida, muerte y resurrección
Inspirados por James Frazer, Jane Ellen Harrison y los mitólogos modernos, algunos investigadores han etiquetado a Perséfone como una deidad de vida, muerte y resurrección.